Seguramente habrás oido hablar del dropshipping. Una forma de comercio electrónico mediante el cual se nos permite vender una serie de productos que no tenemos ni que producir ni que almacenar.
Es decir, el vendedor (minorista) compra el producto a un proveedor (mayorista) justo cuando su cliente, previo pago, se lo pide. Ejerciendo casi más de intermediario que de vendedor.
Al no tener que almacenar ni manipular la mercancía se trata de una opción que abarata bastante los costes empresariales en comparación con el comercio minorista.
Como podéis leer, el dropshipping es un modelo revolucionario que permite a casi cualquier persona montar su propio ecommerce de una forma rápida y, casi, sin coste alguno.
No obstante, las dudas llegan cuando nos toca ahondar en el tipo de fiscalidad aplicable a este particular e interesante sistema.
A continuación, te desvelo algunas de las claves más destacadas de uno de los sistemas más escogidos por autónomos y emprendedores.
Dropshipping y recargo de equivalencia
Una de las grandes ventajas del dropshipping, al no estar sujeto a IVA, es que no cuenta con la obligación de presentar trimestralmente el modelo 303.
No obstante, ello no implica que no tengamos ninguna obligación fiscal para con Hacienda.
Si estás dado de alta en el régimen especial de recargo de equivalencia del IVA tendrás que pagar el «recargo» de cada compra que hagas. Importe que variará, dado que hablamos de un porcentaje, en función del tipo y cantidad de IVA a pagar.
Por lo demás, ni tendrás que tener un libro con el registro de ingresos, ni estarás obligado a hacer facturas de venta a tus clientes.
Pero entonces, ¿Cómo sabré si debo estar en el régimen de recargo de equivalencia? Sencillo, se trata de un régimen obligatorio si eres un minorista y además cumples los siguientes requisitos:
- Eres un autónomo que realiza una actividad económica por cuenta propia. Es decir, compras bienes, que tampoco puedes fabricar, transformar ni tratar para luego venderlos.
- El 80% de tus clientes van a ser particulares. Es decir, tus ventas no van destinadas mayoritariamente a profesionales o empresarios.
Por suerte, para hacer el dropshipping para autónomos aún más sencillo, contamos con plataformas como Declarando, en donde nos asesoran sobre las condiciones y ventajas del recargo de equivencia.
Automatizando el proceso de presentación de impuestos para que nosotros no tengamos que mover un solo dedo.
Operaciones intracomunitarias
Los minoristas que realicen actividades comerciales intracomunitarias (a clientes de países fuera de España, pero dentro de la Unión Europea) están obligados a estar dados de alta en el Régimen de Operadores Intracomunitarios (ROI).
¿Es tu caso? Entonces, a pesar de no tener que presentar el modelo 303 de IVA, deberás hacer lo propio con el modelo 309, referente a las compras a proveedores europeos.
Dropshipping e IRPF
El dropshipping está obligado a tributar en IRPF según el sistema de Estimación Directa (normal o simplificada).
Siendo del todo incompatible con la estimación objetiva (módulos).
¿Qué quiere esto decir? Que deberás tributar por los rendimientos positivos recaudados con las operaciones realizadas bajo dicho sistema.
Es decir, aunque resulte obvio conviene recalcarlo, te tocará pagar IRPF a Hacienda según los beneficios obtenidos en tu actividad comercial.
Como has podido leer, los impuestos en Dropshipping difieren de una tienda online con productos propios, este modelo puede ser muy rentable y sencillo de gestionar si se da con los proveedores adecuados.